miércoles, 9 de enero de 2013

NEW YORK, NEW YORK

12:30 de la mañana. Silencio en la oficina. El ambiente un poco condensado y enrarecido por la calefacción en los fríos días de Enero. El silencio deja paso al sonido de las teclas del ordenador que a su vez, se entremezcla con las charlas por teléfono de los compañeros de trabajo con algún cliente enfurecido probablemente porque el perito no ha ido aún a su casa a visitarlo o le han arreglado mal el siniestro. La vieja radiocasete suena de fondo con un garraspeo que va y viene por la Frecuencia Modulada repitiendo una y otra vez la canción de moda koreana 'Gangam Style'. Sigo hipnotizado con la pantalla cuando algo de repente me hace reaccionar: sin darme cuenta las conversaciones de mis compañeros se han apagado de nuevo, y se vuelve a escuchar el traqueteo de los teclados con el garraspeo de la radio, aunque algo ha cambiado. Lo que entresuena en la radio lo he escuchado antes... y de repente, en una décima de segundo, me transporto a más de 6.000 km de distancia...

...Y de repente, me viene el olor a las picantes 'slices pizzas' de $3 de la calle 43, miro arriba y tengo el Chrysler Building. Me miro el reloj y se me echa la hora encima, llego tarde a clase, me veo corriendo (como todos los días). En clase, la profesora sigue tratándonos como a crios a mis compañeros koreanos y a mí. Ahora estoy en la New York Film Academy viendo el rodaje de la película que nunca llegó a estrenarse 'El hombre que mató a Don Quijote', y es que claro, yo creo que es porque a Don Quijote no se le puede matar, ni si quiera ellos podrían...
Ahora camino, paseo mirando hacia arriba como un bobalicón cateto de pueblo que nunca ha tenido la percepción de lo que es la palabra 'escala' hasta ese mismo instante. Caminar sin mapa. Perderse en una jungla de acero, hormigón y vidrio. Perderse en La Jungla. Las piernas se fatigan, el dibujo de las zapatillas se borra, pero un café aguado con un donut ponen solución a lo primero. Ahora estoy en lo alto del Empire State. Ahora en el 'Top of the Rock'. Hace frío y mucho viento. Podría cerrar los ojos, abrirlos de repente y ver esa jungla de noche desde los 443 ó 259 metros de altura y tener la sensación de volar...Podría, pero no. Prefiero estar en el calor de la familia boricua una noche de 'Thanksgiving', ir a ver un espectáculo de Broadway o visitar el High Line Park [NATURE TAKES OVER]. 

...Y de repente me veo rompiendo mi propio récord a cada paso caminando hacia "el lado más al Este" en el que he estado hasta pararme el Río Hudson. Y de repente me veo en un templo Budista, en medio de una oración, aprendiendo y observando con mucha curiosidad los ritos de otras culturas. Ahora estoy en el Barrio Chino, ahora en el Soho, ahora en Times Square, ahora en Harlem, doy un salto y estoy en Brooklyn.
...Y de repente me viene el olor a hamburguesa, y estoy en el Madison Square Park con vistas al Flatiron Building...

Nueva York es así. La ciudad que nunca duerme dicen, y es verdad. Es una niña caprichosa, cara y consentida a la que no puedes o no sabes decir que no. Agresiva y hostil, rápida y fría, calculadora y seductora. Te embelesa y consigue de tí todo lo que se proponga. Se acuesta contigo, y nunca te vuelve a llamar...y hoy hace precisamente dos meses. "I wanna be a part of it New York, New York"
 
En otra décima de segundo, el autobús M15 me lleva por la 2ª Ave hasta la 70st, el metro hasta el JFK y el transatlántico AA66 me trae de nuevo al corazón de Barcelona.
 
- "Andrés, ¿Te ocurre algo? Estás muy pensativo..."
- "Eh... nada, nada, estoy bien".

El traqueteo del teclado, vuelve a escucharse mientras, la canción de Alicia Keys de New York sigue queriéndose hacer notar entre el ruido de la vieja radiocasete...