sábado, 5 de marzo de 2011

¿UN CAFÉ?

Hiya, what can I get for you?
Al principio costaba entenderse por el tema del acento escocés. Más de una vez los clientes no me entendían hablando, o yo a ellos cuando pedían, pero eran pacientes, y encima dejaban propina!

"Sit in" or "take away"?...Regular or grande size?...Espresso, single o double?. Café Latte. Capuccino. Americano. Mocha. "kill the bubbles!", Perfect "doam of foam" , "Gold ring", "Cinnamon on top?" ...

Muchos turistas, muchos clientes, en definitiva: mucha gente. Teníamos clientes fijos y nada más verlos entrar ya decías : "ahí viene el double espresso", o la "capuccino 1 shot". No te quedas con los nombres, de hecho a veces ni los sabes, pero todos los días hay tema de conversación. Recuerdo a la anciana de pelo blanco, gafas de sol y labios "rosa chicle" que todos los días dejaba propina, o al tartamudo que me pedía el White Chocolate Mocha. También me acuerdo de una que se reía como Pulgoso, el perro de los Autos Locos...
Llegaba gente de todas partes: Australia, EE.UU, Alemania, y cómo no españoles. Muchos españoles. Si ya de por sí dicen que de los medio millón de habitantes que tiene Edimburgo, unos 30.000 son españoles, a esos hay que sumarle los que van y vienen de visita. El sentimiento nacionalista se ensalza cuando uno está fuera de su país (sin connotación política); al principio sí que dices:"¡Inchi, un español!" que luego se transforma en un "otro español...más".

Un día nos llevaron a Glasgow para hacer un curso de formación y convivencia con gente de otras cafeterías de la empresa en todo el país (de momento van a hacer eso aquí en España, ¡En una cafetería!).
Al principio, hasta que mi jefe se aprendió mi nombre no veas, y es que cuando te presentas y dices "My name is Andrés", claro, si lo lees no cabe duda, pero cuando los que estamos debajo de despeñaperros decimos Andrés no suena igual: ¿André? - No ; ¿Andrea? - No; ¿Andreas? - Que noo; al final haces un esfuerzo sobrehumano y pronuncias tu nombre en un perfecto castellano (ojo, que no madrileño) y dices: "AndréSS" (coño!), (Y al día siguiente tienes agujetas en las mandíbulas de pronunciar "eses"). A los típicos olés, e hispanias, les seguían sus correspondientes piques escoceses-británicos...que se arreglaban después con una tortilla de patatas o unas buenas pintas de cerveza.

El olor del horno a las 7.30 de la mañana calentando los croissants y las cañas, las tiernas muffins de chocolate o mermelada, los paninis, los batidos cuando llegaba el buen tiempo, el aroma a café...El disco de música se repetía una y otra vez, cuyas canciones me sabía de memoria y ahora no soy capaz de recordar ni tan siguiera una melodía...

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