domingo, 23 de enero de 2011

Hoy, hace un año...



Hoy, hace un año, estaba saturao, estresao, agobiao, cansao. Nada más volver de la Navidad, volver a atiborrarme de turrones y mantecaos y de poner al día a la familia de lo que la Erasmu's life era; había que ponerse las pilas, y es que la entrega del proyecto estaba ahí.
Después de un intenso mes de Enero a base de Autocad, espesores de líneas, sombreados, contornos, corta-pegas, con los ojos cargados y cansados, sacábamos a la luz 12 pizarras llenas de planos, detalles e instalaciones, de A cuatros, tres, dos y uno, que debíamos defender mi compañero y yo ante 4 profesores. Lo hicimos. A partir de ese momento podíamos engordar las listas del paro.
¿Y ahora qué?
Toda tu vida has sabido dónde estaban las metas que debías alcanzar, o mejor dicho, sabías qué habría después de alcanzar esas metas. Por ejemplo, al acabar el instituto sabías que la universidad estaría ahí, y que después de terminar, apenas llegases al último año de carrera, las empresas se pelearían por contratarte, el trabajo estaría ahí esperándote, (o al menos eso era lo que se veía cuando empecé en la facultad), pero acabas, y el trabajo no está. Después de 6 meses inolvidables en el extranjero, ves como te pinchan la burbuja en la que has estado viviendo, como despiertas de ese sueño y te das cuenta de que algo has de hacer.
Intentas prolongar la estancia, sin ningún resultado, echas más de mil y un currículos a distintas empresas, buscas trabajo en la ciudad de Horsens, pero no hay manera.
A principios de Febrero estuve en Edimburgo visitando la ciudad. Allí estaba un compañero de la facultad de Granada estudiando un máster. ¿Y por qué no?Realmente está en nuestras manos la posibilidad de hacer lo que queramos en la vida. Cuando llevas viviendo desde los 18 años fuera de casa, lo que menos te apetece es volver a como estabas antes, y no es que no esté bien con mis padres, es que cuando se prueba esa independencia, esa libertad, "eso" es adictivo.
Me iré a perfeccionar el inglés, a "terminar de encontrarme a mí mismo" (que en la erasmus no me dio tiempo). Muchas dudas, muchas preguntas. Inseguridades. ¿Y si no funciona?¿Qué voy a hacer?¿De qué voy a vivir?Lo que tenía claro era que debía de hacerlo pronto, y es que si volvía a casa y me acomodaba, al final pasarían los dias y no haría nada. Pensé que al final no era nada en especial, que yo sería uno más de los que se lían la manta a la cabeza y se van con lo puesto al extranjero.

Después de 6 meses inolvidables, de viajes: Copenhague, las dunas de Skagen, Londres en Navidad, Edimburgo, Berlín, Praga, Auschwitz-Birkenau, las minas de sal de Wieliczka, o la casa rural perdida en medio de ningún sitio de Polonia para las fiestas del Pilar...

Me quedo con las cenas, las sonrisas y lágrimas, los abrazos, los besos, las cervezas, las fiestas, la visita de la tuna española-danesa, los saltos de trampolín a las piscinas, las sorpresas, el paraguas, los warnings, los polocos, las bicis, muchas bicis, las guerras de bolas de nieve, el frío, las pizzas gigantes del Amore Pizza, y de un largo etcétera, y es que si no hubiese sido por todo esto, no hubiese sido mi erasmus. estaba decidido; y como diría el tren de cercanías de allí:


"næste station: Edinburgh"

3 comentarios:

Pierlu dijo...

Qué bien explicado, Andrés...
Yo creo que soy de los que llegó a casa y se aburguesó en el sofá, aunque tengo la manta bien cerquita...a ver si me la lío.

Los saltos de trampolín a la piscina. Lo había olvidado, jeje.

Andres dijo...

Los perritos calientes de la pedestrian street, las patatas fritas de cebolla, la preparación de los "horno papas"...la verdad que si te paras a pensar hay muchísimas de esas...=)

20 dijo...

Las cervezas del elefantito sucedidas por las Master Brew, que eran tan malas de sabor como buenas de emborrachamiento, las primeras fiestas, las ultimas fiestas, las pichas de nieve, tu piso, su piso, mi piso, nuestro edificio.....que tiempos....